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Comunidades en resistencia: acorraladas por la ilegalidad y la violencia en la Amazonía peruana

Mongabay Latam investigó sobre la situación de seguridad territorial de las comunidades nativas en las regiones amazónicas de Loreto, Ucayali, Pasco, Huánuco y Madre de Dios y cómo ante la ausencia de ésta resultan más impactadas por las actividades ilegales. El análisis geoespacial de la presencia de la deforestación, la minería ilegal y los cultivos ilegales de coca en las comunidades nativas de estas cinco regiones muestra que 1247 de ellas han resultado afectadas. La investigación revela, además, que 647 comunidades nativas o autoidentificadas como indígenas en estas cinco regiones no cuentan con el reconocimiento de la autoridad regional que certifica su existencia.

Hay comunidades indígenas en Perú que no figuran en los mapas oficiales, cuya existencia descansa solo en sus nombres y en el conocimiento que tienen de ellas las federaciones que las representan, pero no en la legalidad que otorga el reconocimiento del Estado. Es el caso de comunidades como Manco Cápac, en la región Loreto, que con 70 años de historia no tiene un documento que pueda dar fe de su existencia, aunque sus pobladores conozcan de memoria dónde empiezan y terminan sus tierras.

Solo en la región Loreto, hay 417 comunidades nativas o autoidentificadas como indígenas que no cuentan con el reconocimiento de la autoridad regional que certifica su existencia. Y el problema no es solo de esta región de la Amazonía. En Ucayali la cifra llega a 122 y en Pasco suman 85. Huánuco alberga a 13 y Madre de Dios a 10 comunidades que aún no cuentan con una partida de nacimiento oficial. Es decir, 647 comunidades indígenas en cinco regiones de la Amazonía peruana.

Sin embargo, el principal problema de estas comunidades no es solo la falta de reconocimiento estatal. Cuando se ubica a las más de 2000 comunidades nativas en un mapa —tanto las reconocidas, las que están en proceso o las que permanecen en el limbo— y se superpone información de la deforestación de los últimos 10 años, de los puntos de minería ilegal identificados entre 2013 y 2020, y del último mapeo de cultivos ilegales de coca entre los años 2017 y 2019; el panorama se vuelve sombrío.

El análisis realizado por Mongabay Latam, en cinco regiones amazónicas, sobre el impacto de los delitos ambientales en territorios indígenas muestra que por lo menos 1247 comunidades están afectadas por la minería ilegal, los cultivos ilícitos de hoja de coca o la deforestación.

La comunidad de Manco Cápac, en Loreto, es una de las más de 600 comunidades que no ha sido reconocida. Foto: Roberto Wong
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